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viernes, 15 de febrero de 2019

"Dulce y lejano", de Libba Bray (El círculo secreto #3)


Título: Dulce y lejano

Título original: The Sweet Far Thing

Serie: El círculo secreto #3 (originalmente, es Gemma Doyle #3)

Autora: Libba Bray 

Año de publicación: 2007

Traducción: Nuria Barroso 

Calificación: 🌟🌟🌟

Composición de la serie:
1) La orden de la academia Spence (A Great and Terrible Beauty)
2) Ángeles rebeldes (Rebel Angels) 
3) Dulce y lejano

Aviso: cierta información del libro anterior puede ser spoiler para quienes no lo leyeron. Los de este libro están ocultos.

Las aventuras de Gemma y sus supuestas amigas llegaron a su fin. Celebro que el final se haya desarrollado de forma lenta y ocupe unas cuantas páginas, pero arrastra tantos problemas de los libros previos que podría haber sido mucho mejor con ciertas correcciones. Terminé la saga sin entender del todo cómo funcionan los reinos y la magia porque las descripciones y las historias sobre los mismos son tan inconsistentes que no cuentan.

No haré gran reposición de argumento porque básicamente no lo hay: Gemma sigue dando vueltas sobre forjar o no una alianza con las tribus de los reinos para compartir la magia (esto siempre me sonó ridículo), mientras la utiliza para jugar en el jardín y para hacer bien todo lo que le sale mal por cuenta propia. 

Dulce y lejano se compone de escenas repetidas, algo que me llamó mucho la atención. Gemma entra a los reinos, está un rato con sus amigas, luego alguien solicita su presencia y le reclama una alianza. En sus variantes, la acusan de traición y se produce algún que otro conflicto con una criatura. Esto pasa muchas veces a lo largo de la novela y es cansador, a tal punto que se confunden los episodios. Tuve varios deja vu al leer páginas y páginas en donde siempre pasaba lo mismo pero contado de forma distinta o con un añadido que le confería un misterio nuevo a la historia. Mi descontento aumentó al darme cuenta de que, lejos de ampliar el mundo que  delineó, Bray se dedicó a mantener lo que ya había presentado en los otros libros. Suena a comodidad. Las Tierras Invernales podrían haber aportado mucho a ese reino si no fueran tan predecibles y menos terribles de lo que parecían, por las advertencias de los que conocían el lugar. Quedé decepcionada. Se añadieron elementos de la nada SPOILER (como el Árbol y la daga) FIN DEL SPOILER para crear la falsa ilusión de la complejidad cuando en realidad no hay ninguna, sólo desorden. Para colmo, este libro lo leí mientras releía Drácula y me percaté de que algunas ideas las sacó de allí: el apellido “Bradshaw” que lleva Ann, los gitanos, la situación temporal (Drácula empieza en los primeros días de mayo y Dulce y lejano, concluye), las festividades, las supersticiones sobre la medianoche y las criaturas malignas. Tal vez encuentre otras cosas a medida que avance la lectura. 

Si tuviera que extraer una moraleja de la saga, sería algo así como: “las mujeres poderosas tienen que usar la magia en otro lado porque el mundo normal no está preparado para ellas”. Y no, en esa época no lo está, pero en Dulce y lejano están esas manifestaciones por los derechos y hubiera sido muy bueno un matiz. Cuando Gemma menciona estas cuestiones lo hace superficialmente y dan la sensación de que están ahí sólo para crear empatía con el lector. Esto se vuelve más endeble cuando quedan asuntos sin resolver o se silencian como si nada hubiera pasado. SPOILER ¿Qué sucedió con los abusos que cometió el padre de Felicity? ¿Qué sucede con las heridas de Ann? ¿Eran sólo para agregar más drama al drama? ¿Por qué Simon, que tiene actitudes horribles en Ángeles rebeldes, sigue siendo importante para Gemma? Sí, estas cosas se escaparon en un libro cuya protagonista al final se llena la boca hablando de las oportunidades de las mujeres en el siglo que se avecina. Dado lo incoherente que es en este libro, no me extraña. FIN DEL SPOILER Queda una gran deuda en lo que se refiere a la vida personal de estos personajes que rezumaban dramatismo. 

Me cuesta encontrar puntos a favor que no sean el de la buena resolución de la historia. Creo que algunos giros fueron ingeniosos SPOILER (como que los Rakshana reclutaran a Thomas) FIN DEL SPOILER y me sorprendieron de buena manera. También pude disfrutar de escenas que causan un poco de pavor en las visiones de Gemma y la desaparición de personajes que una no creía que podían terminar como terminaron. Son riesgos, pero me parece que al menos en esta saga tan irregular aportan algo extra. 


Concluyo que la trilogía no cubrió mis expectativas pero me mantuvo entretenida durante un buen tiempo. La recomendaría sólo para lectores que no exigen solidez en el world building (sigo tratando de entenderlo, en serio) y soportan diálogos intrascendentes en el medio de un conflicto que pone en riesgo la vida de muchas personas y criaturas. Por lo demás, el contexto histórico está bien y presenta un lindo marco para una trama sobre chicas que necesitan liberarse de las ataduras de las convenciones. De la magia y su uso se puede esperar poco.  


viernes, 14 de diciembre de 2018

"El pájaro canta hasta morir", de Colleen McCullough


Título: El pájaro canta hasta morir

Título original: The Thorn Birds

Autora: Colleen McCullough (1937-2015)

Año de publicación: 1977

Traducción: J. Ferrer Aleu

Calificación: 🌟🌟





“Bienvenidos al culebrón de la tarde o de la programación nocturna”, debería decir la portada en algún lugar visible. Estaba esperando que The Thorn Birds (usaré el nombre en inglés porque es más corto y más cómodo) fuera una novela que se adaptó a serie de televisión, no un libro que ya estaba estructurado para que les fuera fácil trasladarla. Encontré unos cuantos problemas más que no tienen relación con lo formal, sino con la temática en sí. Sorpresivamente, el hecho de que esto se trate del amor entre un sacerdote y una mujer es liviano. Muy liviano. Lo que me molestó y me impide ponerle más calificación es la aparición/ desaparición súbita de personajes que, por arte de magia, fuerzan los giros de la novela para que todo digamos “ahhh” en algún momento. Y, por cierto, este libro destila sexismo. La reseña será larga por un motivo personal: siento que tengo que argumentar más en los libros que no me agradaron.  

Esto se trata de Meggie Cleary, la única hija mujer en una familia de Nueva Zelanda que la pasa mal económicamente y que de repente se ve beneficiada por la “generosidad” de la hermana del patriarca del grupo, Paddy. Para gozar de esa posición más holgada, tendrán que mudarse a Australia y trabajar para esta mujer (llamada Mary Carson) haciendo producir la estancia conocida como Drogheda. Mary Carson es visitada con frecuencia por un joven cura llamado Ralph de Bricassart, irlandés y con aspiraciones a subir escalones en la Iglesia. Y cuando este hombre se cruza con la pequeña e ingenua Meggie, de tan sólo diez años, queda flechado. Queda tan herido por Cupido, que no puede alejarse de ella. Los Cleary se van a consolidar como una poderosa familia de granjeros del lugar, siempre sostenida con el trabajo duro de Paddy y de sus hijos varones, además de la administración de Fee, la madre de estos. Meggie tiene su rol, pero no se lo describe tanto. Lo que interesa en el libro es con quién se casará, no si monta a caballo o se encarga de un rebaño. Si bien hay largas descripciones de las tareas del campo y de la flora y la fauna de Australia, cuando la narración se enfoca en Meggie pierde la inmensidad y se repliega en su amor prohibido.

La primera sensación que tuve cuando empecé The Thorn Birds es que pide una adaptación a serie o película por sí solo, porque delinea elementos típicos que son garantía de éxito. Una familia que la pasa mal, dos religiones enfrentadas, una protagonista que va a un colegio religioso y sufre los castigos de las monjas, la vieja rica que maneja los hilos como si todos fueran sus títeres. Eso vende (de hecho, vendió, porque el libro fue best seller y la serie, récord en audiencia). Y, por supuesto, no puedo olvidar el amor creciente entre un sacerdote y una mujer, tema tabú y cliché que sigue vigente. Si bien no me escandalizó por cuestiones que no vienen al caso, tampoco me pareció la mejor historia de amor del mundo. Lo que sucede es que se vuelve muy melodramática. Ya en la mitad del libro, mi paciencia empezó a mermar un poco: se revelaban secretos (predecibles) a los golpes, sucedían cosas trágicas, SPOILER el cura entraba por una puerta hecho un torbellino gritando el nombre de su amada para después tener una escena de (casi) alto voltaje con ella el mismo día en que perdió a su padre y a uno de sus hermanos, mostrando así el mal gusto de algunas escenas. FIN DEL SPOILER Empezaba a resultarme ridículo. Sigue pasando el tiempo, las cosas parecen calmarse y después se incorporan personajes nuevos que agitan la trama otra vez. Entonces llega una nueva oleada de sandeces, en donde hay personas que no se dan cuenta de X cosa aunque la tengan frente a las narices. 

En cuanto al sexismo que mencioné (y aquí viene el párrafo en donde me pongo densa), no pude parar de poner los ojos en blanco durante la lectura. Hay contradicciones muy tirantes y que, lejos de intentar resolverse, parecen agrandarse más. Un personaje femenino se encarga de ser la voz denunciante del género. Saca a relucir con mucha rabia la cantidad de mujeres abandonadas por los maridos en Australia. Se lo dice a un hombre, Luke, cuya personalidad es desagradable hasta los huesos y reúne todas las facetas odiosas para Anne. Ahora, mientras ella no deja de resaltar que ese sujeto debería respetar más a las mujeres, hay personajes (y la protagonista es una de ellos) que no dejan de repetir que los hijos varones son una bendición (porque perpetúan el apellido y pueden hacer el “trabajo duro”) y que las hijas suelen ser unas extrañas en la familia. Meggie hasta llega a presuponer quién es apto para engendrar hijos varones: sólo pueden hacerlo los hombres perfectos… y los defectuosos engendran mujeres. En este punto de The Thorn Birds tuve que tomar las riendas de mi paciencia y tratar de no revolear el libro, que además era prestado. Tal vez se quiera justificar los dichos de Meggie por la desinformación que sufre con respecto a la actividad sexual por culpa de sus conservadores padres (depende del cristal con el que se mire…), SPOILER cosa que hace que en su primera vez sea prácticamente violada por su “esposo”. Se me revuelve el estómago y no puedo creer que exista gente que haya disfrutado de la relación entre esos dos. Y lo horrible es que, tiempo después, la hija de Meggie y de Luke se atreve a hacer chistes deleznables sobre violaciones y acoso callejero. FIN DEL SPOILER Cuando dije que había cosas de mal gusto, no mentía. No supe por qué se decía tanto “los hombres esto, las mujeres aquello”, dejando a todos encerrados en los estereotipos de siempre, si al final la balanza seguiría inclinándose para el mismo lado. Me alegra que no se idealicen asuntos como la maternidad y la sexualidad, ya que encuentro que en varias novelas suelen ser lo más hermoso y deseable del universo cuando sabemos que no todas tienen las mismas experiencias, pero el reclamo de Anne se difumina, se evapora en el aire. El valor del hijo varón se sostiene hasta la última página. Lo curioso es que este libro abarca el período 1915- 1969 y no se percibe ninguna evolución en cuanto a ese pensamiento.  

Después de mi descargo con respecto al tema anterior, intentaré salvar el libro con lo que sí me gustó. Ya mencioné las descripciones de Australia, así que me vuelco a la escritura, construcción de personajes y los hechos históricos. El libro está bien escrito. No es una joya de la literatura universal, pero se defiende. La narración y su estilo se adaptan al personaje que lleva la perspectiva y eso produce que el lector pueda llegar a conocer la conciencia del mismo. Los personajes se desarrollan y no permanecen estáticos, ni siquiera cuando interactúan entre ellos. Tiene el defecto de evidenciar que algunos están allí como un engranaje y, por ende, desaparecen al cumplir su función. Otros vuelven rescatados del olvido, sin razón aparente. Las mujeres son las más beneficiadas en cuanto a evolución de personalidad, pero los hombres no se quedan atrás: por momentos Paddy, Ralph y otro cuyo nombre no quiero dar son loables. Sin embargo, esto también significa que hay varios que están desaprovechados, como los hermanos de Meggie. Sobre los hechos históricos, me gustó cómo las secciones del libro están concentradas en también en lo que pasaba fuera de Drogheda. Sequías, guerras mundiales, revoluciones, todo muestra que Australia no podía estar tan aislada del mundo como parecía, mucho menos siendo una colonia. También hay cosas muy interesantes sobre esto y lo jugoso se halla en las críticas de los australianos hacia el Imperio Británico.  

The Thorn Birds es una novela romántica/ saga familiar (como quieran llamarla) que ya tenía los condimentos para que cobrara vida en alguna pantalla. Tiene el número necesario de escenas “eróticas” como para atraer la atención de determinado público, cosa que a la autora le salió bien, a fin de cuentas. Por eso la edición en español fue censurada y esta que leí es la única, al parecer, que le devolvió los párrafos y las palabras que faltaban. Ojalá las setecientas páginas que leí hubieran merecido cinco estrellas. Había pensado en tres, ya que pude rescatar el marco histórico, pero estaba siendo demasiado generosa. Esto no me pareció más que una historia de amor prohibido contada a medias, en donde hay capítulos vacíos y aburridos que dan paso a una condensación de tragedias en los que siguen. Y no puedo calificar bien a un libro que me hizo sentir incómoda durante tantos días.  


¿Lo conocían? ¿Lo han leído? ¡Qué tengan buen fin de semana!

viernes, 25 de mayo de 2018

"Quédense en la trinchera y luego corran", de John Boyne

Título: Quédense en la trinchera y luego corran 

Título original: Stay Where You Are and Then Leave 

Autor: John Boyne (1971)

Año de publicación: 2013

Traducción: Rosa Pérez Pérez 

Calificación: 🌟🌟


Lo único que quería era un poco de civismo en un mundo incívico. 



Tengo tantos sentimientos encontrados con Quédense en la trinchera y luego corran que no pude ponerle más de dos estrellas después de tratar de ordenarlos. Por una parte, siento que la historia que Boyne quiso contar es respetable. Por otro lado, siento que falló en la forma de hacerlo. No he leído otros libros del autor como para saber si algunas cosas que hallé aquí se repiten indefectiblemente en su narrativa o si sólo dio la casualidad de que empecé a leerlo por uno de los peores libros que escribió. Puede que sea la opción B y el cincuenta por ciento de la calificación sea mi culpa. 

Alfie Summerfield es un niño de cinco años que vive en Londres cuando estalla la Primera Guerra Mundial, justo el día de su cumpleaños. Su padre (Georgie) se alista en el ejército y pasarán cuatro años hasta que reciba noticias de él, ya que su madre (Margie) es reacia a dárselas. En ese período de tiempo la situación económica se endurece y Alfie sale a trabajar como limpiabotas en King´s Cross, a escondidas de Margie. Y justo gracias a eso se enterará del verdadero destino del padre. 

Quédense en… es una promesa, una gran promesa sobre una historia conmovedora que te hará llorar hasta el hartazgo por las desgracias que pasa el niño. Alfie es lo suficientemente simpático y rebelde como para que una lo adopte en seguida pero el desarrollo de los acontecimientos no lo complementa. Alfie es un personaje que queda flotando en una marea de texto que pretende reflejar su inocente perspectiva y lo hace débilmente y a medias. Hay algo artificial en la construcción del drama. Sí, pensé “pobrecito” muchas veces, poniéndome en la piel de un/a hijo/a que debe convivir con la idea de que el padre puede morir en el frente en cualquier segundo, y así y todo las lágrimas se quedaron en mis ojos. Las escenas que deberían tener mayor carga dramática no están muy bien desarrolladas y carecen de sentimientos. Para colmo, durante buena parte del libro no pasa nada relevante. Falta el impacto, una vuelta de tuerca que extraiga el acartonamiento de la narración, la cual es excesivamente sencilla para mi gusto, aun entendiendo que la perspectiva es la de un chico. Lamentablemente, esto se traslada a los diálogos y, cuando les toca hablar a los personajes, lo hacen con una cadencia extraña. Parecen caricaturas rellenas de discursos arquetípicos. La abuela que dice que están “todos acabados”, la madre que sólo grita y anuncia que están al borde de la indigencia (sabe contar dinero pero es incapaz de explicarle al niño por qué las mujeres no podían votar), el extranjero al que se lo llevan por si las moscas y se ofende, el objetor de conciencia socialista, todos suenan mal. Lo peor de todo es que el padre, que tiene la parte más difícil de los diálogos por el trastorno que padece, tampoco sale airoso. 

Otra cosa que no me gustó: los personajes femeninos son pésimos. No porque sean malas personas y estén bien construidas, no. Según mi punto de vista, son horribles a propósito, porque cuando se las pone en la balanza con los personajes masculinos (comentario al pasar: todos dicen algo malo sobre las mujeres en algún momento) pierden. Las mujeres que se quedan en la casa no hacen más que quejarse (como Margie) o marcar de la cobardía ajena (como la abuela de Alfie). Los personajes masculinos tienen tiempo para hablar de los traumas y de los padecimientos, sean soldados o no, mientras que a los personajes femeninos les falta vida interior. Margie se desgasta por sostener el hogar, pero más allá de que ella misma cree que es una inútil, no sé nada de ella. Podría decir un par de cosas más pero me lo reservo porque no es mi intención polemizar. Resumiendo de la forma más respetuosa que puedo, hay un olor a antifeminismo que me molesta, que se justifica por la época. 

No todo es malo en el libro. Creo que tiene una buena construcción histórica que da un panorama muy general de la guerra y de lo que se vivía en Londres en particular. El escepticismo de la gente ante la neurosis de guerra, la propaganda para reclutar hombres, el padecimiento de la gente en el hospital, las plumas blancas y humillantes, el movimiento sufragista… Eso está bien y hasta aprendí mucho sobre el contexto. Tal vez le falta insertarse de un modo natural y no con un personaje que lo saque a colación (como Joe o las personas que van a lustrarse los zapatos). Me gustó mucho también el atrevimiento de Alfie, que a los nueve años decide por sí mismo y tiene determinación (obviamente, no estoy de acuerdo con el trabajo infantil o lo que hace en el hospital, pero me refiero a la convicción de hacer algo y preguntar por el padre aunque la madre no responda). Alfie enfrenta la realidad sin chistar.

Así que esta es mi impresión sobre Quédense en…, un libro que empecé con mucho entusiasmo por el tema que trataba y terminé con un gusto amargo. No me convenció debido a sus desaciertos y hasta me encontré haciendo muecas frente a hechos inverosímiles SPOILER (como el de un Primer Ministro lustrándose los zapatos tranquilamente mientras habla con el niño o el de una madre distraída que no reconoce a su hijo cuando está agachado y no se da cuenta, para colmo, que hay días que falta a la escuela). FIN DEL SPOILER Me encantaría leer El niño con pijama a rayas para saber si estos problemas son constantes. Y si es así, John Boyne definitivamente no es para mí.


Por último, quería avisar que Blogger no me está avisando de sus comentarios por mail (¿a alguien más le pasa lo mismo?), así que disculpen si tardo mucho en contestar y devolver la visita. 

viernes, 29 de diciembre de 2017

[Libros y manías] Las mejores y las peores lecturas de 2017

Por fin te vas, 2017. Toca hacer un balance mental de los mejores y los peores libros que leí a lo largo de doce meses. Este año fue muy flojo en cuanto a cantidad de lecturas: 57 libros. Tuve un pico máximo de 91 libros leídos en 2014 y después de eso nunca pude llegar a 80. El Reading Challenge de Goodreads lo modifiqué tres veces porque me daba cuenta de que no llegaba con las lecturas, ya que este año fue muy irregular para mí. Importa más la calidad que la cantidad, lo sé, pero por mis gustos, por mis estudios y por mi profesión no puedo darme el lujo de leer poco.

Reuní los 3 mejores y los 3 peores libros del año, según mi opinión, y les pongo las estrellas para que se orienten en cuanto a calificación. Por suerte, las lecturas no fueron tan malas. Empiezo por las buenas. 

Las mejores lecturas

Siempre hemos vivido en el castillo, de Shirley Jackson 🌟🌟🌟🌟🌟
Todavía no puedo sacarme la sensación que me dejó este libro. Es tétrico, es retorcido, es intrigante. En mi reseña traté de expresarme lo mejor que pude. Sé que no le causó lo mismo a todos, pero a mí me fascinó. RESEÑA

La isla del Dr. Moreau, de H. G. Wells 🌟🌟🌟🌟🌟
Me enamoré de este libro después de unas diez páginas. Al principio empezaba como cualquier historia en donde un hombre naufraga y llega a una isla, pero este no es un relato más. Es un libro muy bueno y muy horrendo a la vez. Ya publicaré mi opinión más adelante.  RESEÑA

La edad de la inocencia, de Edith Wharton 🌟🌟🌟🌟🌟
Esta autora necesita más difusión. Ni siquiera alcanza con el hecho de que exista una película (que todavía no vi, lamentablemente) del libro. Las estadísticas de la reseña que publiqué me dicen que no es muy interesante para el público, pero yo lo rescato y lo vuelvo a decir: la historia es hermosa y vale la pena descubrir a esta autora. RESEÑA

       

Las peores lecturas 

Quédense en la trinchera y luego corran, de John Boyne 🌟🌟
Todavía no subí por acá la reseña del libro pero lo haré. A grandes rasgos, este libro no me gustó por su irregularidad, por sus intentos de golpear bajo y por los personajes que ni fu ni fa. No pude disfrutarlo. RESEÑA

El gran Galeoto, de José Echegaray 🌟🌟
Es una obra de teatro que se lee en una hora o un poco más y debería habérmela ahorrado. No me gustó, me pareció acartonada y predecible por donde se la mire. Cada vez amo más a William Shakespeare.

La romana, de Alberto Moravia 🌟🌟
Un libro ligero pero horroroso sobre la vida de una mujer de actitudes virginales hasta que decide convertirse en prostituta. Personajes masculinos deplorables, una protagonista ignorante por elección y un blablabla sobre la aceptación de tu destino. Quisiera poder hechizarme con Obliviate.


Me quedaron afuera las relecturas de libros que me habían gustado en su momento y que este año volvieron a encantarme, como Drácula. Esta es la última entrada del 2017 así que les deseo (muy anticipadamente) a todos los que lean esto que terminen bien el año y que empiecen uno fenomenal 🎇🎉

Nota de actualización: hoy, 31 de diciembre, pude terminar otro libro (Los besos en el pan, de Almudena Grandes), así que modifiqué la cifra. Son 57. Y una cosa más que olvidé decir (esto me pasa por verborrágica): gracias por haberme soportado durante el 2017 xD 

martes, 14 de noviembre de 2017

"Asesinato en el Orient Express", de Agatha Christie


Título: Asesinato en el Orient Express

Título original: Murder on the Orient Express

Autor: Agatha Christie (1890-1976)

Año de publicación: 1934

Traducción: E. Machado- Quevedo

Calificación: 🌟🌟🌟


Los hombres de mi posición tiene muchos enemigos. Yo tengo uno. 


Adoro a Agatha Christie y a sus libros sencillos y entretenidos que no esconden ningún tipo de presunción. También me gusta la gran cantidad de personajes que maneja, siempre manteniéndolos en una línea. Lo que me sucedió particularmente con este libro es que los hilos de la trama se ven, para mi gusto, demasiado pronto y los personajes parecen estar fingiendo que no llegan a la conclusión. “Un par de capítulos más”, piensan, un poco para llevarle la contraria al lector. Pero la previsibilidad no es condenable: el problema es que se deja expuesta una teoría incómoda sobre los extranjeros y los personajes, por ende, están acartonados. Tan acartonados, que las últimas páginas en donde se produce el clímax con la exposición de Poirot me provocaron un “¿eso solo era?”. 

El argumento es simple: Hercules Poirot está viajando en tren y se cruza con un grupo de personas que tomará el Orient Express. Si bien empieza a delinear el carácter de cada uno de ellos desde el principio, ninguno parece ser el asesino del viajero que aparece muerto en uno de los compartimientos. Así que procederá a interrogarlos uno por uno mientras el tren está detenido por la nieve. 

Me molestaron las consideraciones que Poirot y sus ayudantes (monsieur Bouc, principalmente) hacen sobre los pasajeros y sus temperamentos de acuerdo a las nacionalidades. Me desentendería del asunto si eso se dijera una sola vez, una especie de desliz en medio del caos, pero en realidad se va a sugerir en otras oportunidades. Parece ser parte del método de investigación de Poirot y no sé si se repite en otros libros. Es comprensible por la época (1934, post guerra) y no es nada que no se siga pensando en este siglo, pero intentar resolver un caso mediante la nacionalidad colérica o fría de una persona roza la ignorancia y el ridículo (por lo menos de la primera se puede volver). Ergo, no me gusta. También hay un par de ideas polémicas que vendrían a forzar la explicación del móvil del crimen. No bajé dos estrellas por esto, aunque si influyó un poco en mi perspectiva sobre Poirot y el desarrollo de la novela. Aclaro, para no alarmar (sé que a veces sueno melodramática con estas cosas), que paulatinamente esa idea se abandona y la mira se pone en otros puntos. Se supera, por decirlo de alguna forma. 

Con respecto a la narración en sí, no presenta dificultades. Cronología que se respeta, detalles sobre los interrogatorios, explicaciones del caso al final y resolución. No tiene novedades hasta la parte final. Lo que me sucedió es que empecé a sospechar en la mitad y se cumplió. Lejos de vanagloriarme de haber adivinado, lo vi como un pequeño defecto porque no soy de las personas que buscan al asesino por sí mismas. Para eso ya está el detective de la novela. Yo me limito a observar cómo se las arregla. Así que definitivamente Asesinato en el Orient Express me decepcionó un poco por la relevancia y la estima que tiene este caso en particular. 

A pesar de lo dicho sobre los personajes acartonados, hay un par que me desorientaron y me gustaron mucho por su temperamento ante la situación. Ya en el comienzo, Mary Debenham y la Princesa Dragomiroff llamaron mi atención. Si bien durante la novela no tienen un desarrollo psicológico ni nada similar (incluso cuando se los presenta como personas que ocultan algo que debe revelarse para hacer un bien mayor), causan cierta simpatía. Todo depende del cristal con que se mire. SPOILER Está bien planteada la red en la que todos esos extranjeros quedan pegados el uno al otro. De lo contrario, la trama estaría forzada y fragmentada en personas que estaban en el tren porque sí. FIN DEL SPOILER

No puedo decir que el libro me haya encantado, pero tampoco fue el peor que leí en mi vida. Es muy entretenido y los capítulos invitan a continuar leyendo sin pausa. El suspenso está bien manejado y, a pesar de que Poirot sea un personaje que me cayó mal (tiene un aire de superioridad que traspasa el papel), creo que su mirada de las cosas puede llegar a tener cierta lógica en el contexto.

Nota: todavía no pude ver la película. Es noviembre y necesito un giratiempos xD