viernes, 24 de agosto de 2018

#WomenPNL: "Capricho de la naturaleza", de Nadine Gordimer

Nadine Gordimer (1923-2014) es una autora nacida en Sudáfrica, de familia judía y de distintos orígenes. Empezó a escribir a temprana edad y, dado que sus historias trataban el apartheid (ella militaba en contra del mismo) sus libros fueron censurados. Le otorgaron el Premio Nobel de Literatura en 1991.


Título: Capricho de la naturaleza

Título original: A Sport of Nature 

Autor: Nadine Gordimer 

Año de publicación: 1987

Traducción: Rolando Costa Picazo

Calificación: 🌟🌟🌟🌟





Este libro es curioso ¿Es la biografía de una mujer atravesada por la Historia o viceversa? No puede determinar dónde empieza una y termina la otra. Tal vez sean, a fin de cuentas, inseparables. Paso a explicar el motivo de mi pregunta: mientras leía Capricho de la naturaleza me vi sorprendida por la cantidad de acontecimientos políticos y sociales que trata Gordimer a través de la vida de una mujer. Y ahí me hago la pregunta. Porque la carga de la Historia en este libro es tan fuerte que no se nota la sutura. Eso es muy loable. 

Capricho de la naturaleza narra la historia de Hillela, una niña (que luego madurará) a la que su madre abandona y deja con sus tías, en etapas diferentes. Viven en Sudáfrica y son blancos, hecho que los marcará muy a fondo porque todo transcurre durante los turbulentos años del apartheid. Y Pauline, una de las tías de Hillela, presenta la cara de la Humanidad, oponiéndose siempre a la segregación. Sin embargo, no se pierde de vista a Hillela en este asunto, ya que los cambios sociales y políticos se van dando mientras ella crece y empieza a experimentar la vida, primero de forma hogareña, luego como un espíritu libre que intenta acomodarse. 

Nadine Gordimer
La novela está maravillosamente narrada y se mete en lo más íntimo de los personajes, no importa qué tan secundario sea. Siempre habrá espacio para conocer los pensamientos y los sentimientos de Hillela, Pauline y Sasha, por ejemplo. Es curioso porque justo estos tres personajes son los que presentan resistencia a los tiempos, pero desde distintos lugares y distintas maneras. Es muy interesante, por ende, ver cómo se desarrollan los acontecimientos y cómo cada uno va hilando la historia con la Historia, mostrando la crueldad y la solidaridad, las luces y las sombras de años duros para la región. De más está decir que aquel que no conozca el apartheid en profundidad aprenderá mucho (como fue mi caso) y querrá informarse mejor. 

Sobre los personajes en particular, Hillela es una protagonista atípica, de esas que no se encuentran fácilmente en la literatura del siglo XX. Independiente, decidida, libre, determinada. Su libertad no está escindida de su liberación sexual y la narración agota cuando se focaliza en sus atributos y en el efecto que “provoca” en los hombres. Innecesario. No porque pueda echar abajo todos los comentarios que hacen acerca de su inteligencia (las mujeres lindas también son inteligentes, cosa que derriba el estereotipo de los chistes), si no porque no aporta nada a la novela. No suma y sólo logra que lectoras como yo, a las cuales la apariencia de los personajes y su vida sexual les importa un comino, terminen poniendo los ojos en blanco. Y hubiera preferido que Hillela fuera “fea”, ya que lo único que pude concluir fue que una mirada superficial desemboca en pensar que ella llegó hasta donde llegó porque atraía a los hombres. Hay muchas otras cuestiones de fondo, pero desconozco por qué Gordimer puso el acento en sus senos, en su cabello o en el traje de baño que usaba ¿Una fuerza de la naturaleza sólo puede ser una femme fatale?

Hay hechos claves en la novela que duelen y marcan a Hillela, la hacen madurar de golpe. En cierto momento ya no puede quedar aislada de lo que está pasando y empieza a intervenir sigilosamente. Creo que ahí empecé a conectarme con la novela, olvidando todo lo accesorio de Hillela y conservando lo importante. No obstante, no me alcanzó para que fuera un libro perfecto o uno que vaya a recordar por mucho tiempo.