✩ Medea, personaje femenino y polémico de la tragedia griega con el mismo nombre:
“Y dicen que vivimos en casa una existencia/ segura mientras ellos con la lanza combaten/ mas sin razón: tres veces formar con el escudo/ preferiría yo antes que parir una sola”.
(Medea, Eurípides, vv. 248- 251).
✩ Sobre Fermina Daza, personaje principal de la novela y casada con un hombre al que no ama lo suficiente:
“Siempre se sintió viviendo una vida prestada por el esposo: soberana absoluta de un vasto imperio de felicidad edificado por él y sólo para él”.
(El amor en los tiempos del cólera, Gabriel García Márquez, p. 289)
✩ Virginia Woolf, sobre la hermana de William Shakespeare que inventa ella misma para ejemplificar la falta de oportunidades y a la cual bautiza como Judith:
“Entretanto, su dotadísima hermana, supongamos, se quedó en casa. Tenía el mismo espíritu de aventura, la misma imaginación, la misma ansia de ver el mundo que él. Pero no la mandaron a la escuela. No tuvo oportunidad de aprender la gramática ni la lógica, ya no digamos de leer a Horacio ni a Virgilio. De vez en cuando cogía un libro, uno de su hermano quizás, y leía unas cuantas páginas. Pero entonces entraban sus padres y le decían que se zurciera las medias o vigilara el guisado y no perdiera el tiempo con libros y papeles”.
(Una habitación propia, Virginia Woolf, p. 36)
✩ Margarita Gautier, el interesante personaje de La dama de las camelias, sobre las mujeres que ofician de amantes:
“[…] nos temen como a bestias feroces, y nos desprecia el mundo como a parias; nos vemos siempre rodeadas de gente que nos quitan más que nos dan, y el día menos pensado morimos como perros, después de haber perdido a los demás y a nosotras mismas”.
(La dama de las camelias, Alexander Dumas hijo, p. 141)
✩ Gemma Doyle, en el tercer libro de la saga juvenil que lleva su mismo nombre (aunque en español es El círculo secreto), sobre las mujeres a finales del XIX y podría estar hablando de todos los siglos, incluyendo el actual:
“¿Por qué [las mujeres] nos vigilamos tan severamente, minándonos las unas a las otras con comentarios mordaces o reprimiéndonos ante la grandeza de las cosas con un arnés de miedo, vergüenza y deseo?”.
(Dulce y lejano, Libba Bray)
Los números de las páginas corresponden a estas ediciones. No dejé el número de página de Dulce y lejano por las dudas, por si sugiere spoiler. El caso de Medea es especial porque se ubica mejor por número de verso que por página, así que se debería encontrar en cualquier lado. Todavía no publiqué las reseñas de estos libros, pero lo haré algún día (si hay alguno en particular que interese, escucho).
Y ahora hago preguntas porque soy curiosa ¿Les gustaron? ¿Tienen alguna frase preferida relacionada con el tema?
Nota de mi Yo de 2018: sí, la hice una sesión recurrente.