Autor: Gustavo Marcelo Farias
Año de publicación: 2018
Calificación: 🌟
Gracias a Edición Anticipada por el ejemplar.
Entiendo perfectamente el esfuerzo que hay detrás de un libro publicado. Entiendo que el escritor puso todo de sí (y un poco más) en esta historia, que pudo haberse quedado satisfecho o dudoso del resultado. Puede pasar. Así que mi opinión será, como siempre, lo más respetuosa posible. Hablaré sólo de lo que leí, porque me quitaron el ebook por no haber entregado la reseña dentro del mes.
La ciudad en la que transcurren los hechos se llama Aristóteles. El futuro es una mezcla extraña entre personas que hablan de una forma arcaica y profunda, casi robotizada, y el avance de la ciencia para manipular el cerebro a tal punto de anular los sentimientos. De ser así, los estudios humanísticos serían obsoletos porque… ¿quién entiende Literatura si no posee algo de sensibilidad? Sextus, el protagonista más “receptivo”, es quien le abre los ojos a Sófocles, el protagonista más "científico".
El problema del libro no es la historia en sí, sino la forma de contarla. Se nota a la legua que le falta una revisión intensa y más dura, que modifique ciertos errores en la narración y en la redacción (hablando estrictamente de la normativa del lenguaje). Incluso hay usos erróneos de los tiempos verbales y de las estructuras sintácticas. Es una gran piedra en el camino de la lectura encontrar errores como estos en los libros (lamentablemente, cada vez son más frecuentes). También se repiten ideas y palabras que bien se podrían haber suplantado con sinónimos, aprovechando la riqueza de la lengua española. Tengo algunas citas como ejemplos, pero no quiero parecer incisiva.
La idea es buena, muy típica de la ciencia ficción, pero lo que me había llamado la atención de este libro era la fusión de la ciencia con la filosofía. Siempre están juntas, pero nadie se da cuenta. Los habitantes de Aristóteles pueden anotarse a cursos de disciplinas humanísticas y romper un poco con la mecanización del pensamiento, aunque la forma arcaica en la que hablan no ayuda a meterse en tema si el lector no está familiarizado con textos filosóficos. Así que si odiaron la materia en la escuela, mejor no se acerquen a este libro. No, me retracto. Háganlo y tal vez puedan hallar algo que despierte la curiosidad, al ver que las discusiones filosóficas pueden ser entretenidas. De todas formas, reitero: los personajes son demasiado rígidos para meternos en el tema. Eso hizo que me alejara de ellos y no lograra ponerme en sus zapatos.
Así que Scribere Humanum est es un libro que tal vez se pueda disfrutar en una relectura, para poder empatizar con los personajes y la historia. Me gustaría leerlo con una revisión más exhaustiva y terminarlo, de ser posible.