Título: La dama de las camelias
Título original: La Dame aux camélias
Autor: Alexander Dumas hijo (1824-1895)
Año de publicación: 1848
Traducción: no especifica.
Calificación: 🌟🌟🌟🌟🌟
Este libro lo mencioné en la entrada de citas sobre mujeres y ya era hora de presentarles la opinión completa. Más que libro, es un librazo. Y se dice que esta historia sirvió de inspiración para la película Moulin Rouge (2001).
Reúne todas las condiciones que debe tener un libro para dejarme con un humor particular (tristeza, enojo o lo que sea): una buena historia, escritura impecable, personajes vibrantes y un final medianamente impredecible. Alexandre Dumas (no confundir con el padre, el autor de Los tres mosqueteros) se luce, casi que se pavonea, con este libro. Y es que, a pesar de que la historia parecía ponerse pesada por momentos, había algo que no me permitía quejarme. Realmente me interesaba lo que estaba pasando en ese amor exagerado, destructivo, entre Armando Duval y Margarita Gautier.
Esto es un relato enmarcado en un prólogo que pretende señalarnos que la protagonista fue real y que los acontecimientos no lo son menos. Luego empieza el relato, ya con las identidades “falsas”, de un hombre que asiste a la subasta de las pertenencias de una cortesana que acababa de morir, Margarita Gautier. Se interesa por un libro que lleva una dedicatoria y lo compra. Poco después, el hombre que escribió la dedicatoria con puño y letra, Armando Duval, se aparece en su casa pidiéndole el libro. Lo bueno es que estos dos hombres van a entablar una amistad y Armando le narrará largamente al otro hombre cómo fue su relación con dicha mujer.
Él se enamoró de una cortesana: el sufrimiento estaba garantizado. Pero la trama no va a carecer de celos, de angustias, de espionaje, ya que Armando está obsesionado con ella y Margarita, que distingue muy bien entre quién está a su lado porque le conviene y quién es sincero, le hará las cosas un poco difíciles. Es una historia trágica porque ya desde el inicio el lector se entera de que Margarita murió y de que ellos estaban distanciados.
No tengo ninguna queja sobre el estilo de escritura. Tanto el hombre que empieza el relato como Armando son narradores que están muy bien construidos, son distinguibles y tienen un vocabulario sencillo, que no molesta a nadie. Dumas supo poner en Armando las palabras adecuadas para contar su desgracia (la de perder a la mujer amada por situaciones ajenas) y el libro fluye. Si se vuelve pesado en algunos pasajes, es por los reiterados lamentos y deducciones de enamorado (un enamorado que, por cierto, en varias ocasiones es desagradable).
En cuanto a los personajes, son los típicos de las novelas francesas del siglo XIX: pasionales, movidos por intereses propios, violentos y nunca se sabe de qué trabajan. Armando se recibió de abogado, por ejemplo, pero vive de una renta anual porque no ejerce. La razón de su vida parece girar en torno a Margarita en cuanto la ve y aunque lo primero que consigue de ella es un desaire, insiste. Al principio sentí simpatía por él (me pareció un pobre tipo que no tenía otra cosa que hacer que perseguir a una cortesana), pero a medida que su “amor” crecía, dejó de caerme bien, ya que hace comentarios y cosas condenables a mis ojos. Por otro lado, Margarita es una mujer insoportable, joven, irónica y que desdeña a quienes le pagan el teatro (por así decirlo) que irá revelando su corazón a medida que avanza la relación. Creo que el crecimiento del personaje femenino, así como el derrumbamiento de Armando, están muy bien logrados. Los demás personajes secundarios ayudan a hacer esto o aquello en la trama y en algunos momentos hasta son consejeros de los otros, a pesar de moverse en zonas grises.
La dama de las camelias no termina bien, pero el camino hacia el final se disfruta. No faltan las intrigas ni los planteos de amantes ni las fiebres súbitas, así que resulta entretenido (mientras no se vuelva repetitivo). Es un gran libro, escrito de una forma bellísima, que trata de dar cierto mensaje moral con toda la sutileza que puede. Personalmente no me molestó y creo que algunas cosas son ciertas. Y quién mejor que Dumas para expresarse, ya que el libro está inspirado en su propia experiencia y juega con la realidad de una manera envidiable.