viernes, 28 de diciembre de 2018

Las mejores y las peores lecturas del 2018

Otro año que se va. Otro año lleno (bueno, en mi caso no tanto) de libros leídos que nos causaron emociones, tanto de las buenas como de las malas. Y seguramente hay otros que no nos causaron nada. Por otra parte, aprovecho la entrada para contar que, fuera del reto de Goodreads que estoy por completar, no pude terminar ninguno de los otros que me propuse. No completé ni el de los clásicos (porque varié las lecturas) ni el de las mujeres Premio Nobel, que fue el que más me dolió por haber fracasado. Pero, a pesar de que los dejé a menos de mitad de camino, estuvo bien y descubrí muy buenos libros y muy buenas autoras. 

Tal como hice el año pasado, elegí 3 de las mejores lecturas y 3 de las peores para hacer este balance.

Las mejores lecturas


Fue muy difícil elegirlas porque leí varios libros a los que les di 5 estrellas, así que seleccioné cuidadosamente. 

Corazón de tinta, de Cornelia Funke (5🌟): este libro lo empecé a leer apenas lo conseguí y fue amor. En enero voy a empezar con la continuación porque cada vez que lo hago temo que se mezcle todo y todavía no pude escribirle una reseña. Es la historia de una niña que quiere rescatar a su padre de las manos de un villano que él mismo sacó de un libro. Recomendado por mil. 

Paisaje con grano de arena, de Wislawa Szymborska (5🌟): leer a esta poeta fue como hacer un viaje tan placentero como doloroso, por los temas que toca. Todos sus poemas son bellos y súper entendibles, así que no hay excusa para no leerla. 

El espejo africano, de Liliana Bodoc (5🌟): ya lo elegí como favorito así que lo tenía que poner entre las mejores lecturas del año porque realmente lo fue. Creo que ya conté la historia mil veces y no quiero ser tan repetitiva, pero busquen al argumento y denle una chance. 




Las peores lecturas


Con estos libros no tengo dudas. Son de lo peorcito que he leído en años. Dejé afuera al libro que no terminé de leer (Scribere Humanum est) porque no me pareció justo agregarlo acá.  

El eterno asombro, de Pearl S. Buck (2🌟): una decepción que me llevé con esta ganadora del Premio Nobel. La novela está inconclusa y se nota que le falta corrección. Sinceramente, no debería haberse publicado, pero los familiares decidieron que sí. 

El rithmatista, de Brandon Sanderson (2,5🌟): después de tanto escuchar hablar sobre este autor lo probé por el lado equivocado. Esta novela se trata de una sociedad que tiene un sistema de magia compuesto de tizas y dibujos. Aunque suena original, la idea está tan mal ejecutada y tan mal escrita que no asombra. Me aburrió. 

La casita, de Jean-François de Bastide (2,5🌟): libro olvidable si los hay, pero lo compré de oferta y bueno... Acá ando con las consecuencias. Es la historia (muy breve, por suerte) de un hombre que lleva a su querida a una casita y está muy apurado por tener intimidad. Un horror, pero al menos sirve para ver lo imbéciles que eran en otras épocas y deducir que no se extinguieron. 



Y esas son las mejores y las peores lecturas de este 2018. Espero que el año que viene pueda leer más, porque no me quedé conforme con la cantidad. 

¿A ustedes cómo les fue? Que tengan buen fin de semana y, de paso, ya les deseo que empiecen el 2019 con toda la fuerza. Gracias por estar del otro lado