viernes, 6 de abril de 2018

#WomenPNL: "El eterno asombro", de Pearl S. Buck

Por fin pude escribir la reseña del libro que leí en febrero para este reto. Pearl S. Buck (Sydenstricker, de soltera) es una autora norteamericana que se destaca por sus descripciones de la vida en China, ya que ella misma vivió allí durante un tiempo. Luchó por muchas causas sociales, entre ellas, la igualdad de géneros. Es la autora de las novelas Viento del Este, viento del Oeste (1929) y La buena tierra (1931) y ganó el Nobel de Literatura en 1938. Lamentablemente, la novela que leí fue de publicación póstuma (después de la muerte de la escritora hubo muchos problemas con la herencia y se perdieron varios manuscritos) y no pude apreciarla demasiado por las razones que comento en la reseña. 


Título: El eterno asombro 

Título original: The Eternal Wonder

Autor: Pearl S. Buck (1892-1973)

Año de publicación: 2013 (el manuscrito es de 1973)

Traducción: Albert Fuentes Sánchez 

Calificación: 🌟🌟





Estoy casi acostumbrada a empezar a leer autores por el peor lugar, pero nunca me sentí tan literariamente estafada como en esta ocasión. Tal como comenté en un estado, opino que esta novela no debería haberse publicado porque se nota mucho que es el esqueleto de un libro y no uno ya terminado. Sin embargo, me pregunto: si el esbozo de la historia tiene esa base, ¿me hubiera gustado el libro después de sus correcciones correspondientes o se me haría más pesado de leer? Nunca lo sabré.

Esta es la historia de Rann Colfax, un niño superdotado de inteligencia que, a medida que crece, sufre problemas para encajar en el mundo y socializar. Esto ocasiona una tensión entre sus padres porque, mientras la madre se preocupa por la falta de amigos de Rann, el padre lo alienta a que siga su camino sin problemas. La escuela no sirve (siempre hay alguien que tiene ganas de dejar a los profesores como inútiles) y las relaciones sociales tampoco, porque la gente no comprende al muchacho. Así que una de las cosas que decide hacer después de un momento bisagra en su vida es viajar. 

Ya no hay mucho para contar: en este libro no pasa nada porque lo importante está en la esencia y en la escritura. Rann ingresa a la universidad siendo muy joven y luego la abandona tras una polémica que me dejó muy disgustada. SPOILER Un profesor con el que establece confianza y lo deslumbra abusa de él. Rann se enoja y cuando se lo cuenta a la madre ella justifica esa acción porque el profesor es homosexual y no tiene otra opción más que “amar” por la fuerza. Hay tantas cosas primitivas en el pensamiento de esta mujer que me dan ganas de patear cosas. FIN DEL SPOILER Lo que sigue es un recorrido por el mundo, un intento de “asombrarse” y captar todo lo que pueda de él, todo aquello que no está en los libros. Por supuesto, al ser un adolescente tiene un despertar sexual y ahí comprenderá que no todo pasa por el saber. SPOILER Uno de los que educa a Rann en esto es el padre, que en las explicaciones que le da en su niñez (todo es debatible en este libro) se olvida de las palabras “consentimiento” y “protección”. FIN DEL SPOILER Esto no aporta nada al análisis formal pero lo quería mencionar porque me quedó atragantado. Podría seguir este párrafo pero revelaría demasiado, ya que todos dicen unas cuantas cosas horribles y dignas de cavernícolas. Todos. 

Pearl S. Buck 
Los personajes de El eterno asombro parecen extraídos de un manual. Incluso cuando algunos quieren iniciar una conversación académica y filosófica hacen agua por todas partes y quedan chatos. Por supuesto, cualquiera que lea este libro notará que la educación intelectual de Rann está a cargo de los hombres y la amorosa, de las mujeres. Rann es un chico educado al que todo el mundo quiere cuando lo conoce, convirtiéndose en el copo de nieve especial de la historia. En realidad, no lo es. El personaje femenino que en la contratapa de este libro promete convertirse en EL personaje de la novela no lo hace. Sólo está ahí para decirle a Rann lo maravilloso que es. 

Es un libro que está bien escrito y tiene su encanto. Se nota el estilo de la autora pero sentí que le faltaba complejidad en las ocasiones que requerían más detalles y más profundidad psicológica. No estoy castigando a Buck, sólo estoy señalando que este libro hubiera sido mucho mejor en otras circunstancias. 

Mi experiencia fue un poco decepcionante pero no me rindo. El eterno asombro es una excepción y no seré yo quien juzgue la totalidad de la obra de una autora por un libro. La próxima vez será la vencida.