viernes, 14 de junio de 2019

"Muerte de tinta", de Cornelia Funke (Mundo de Tinta #3)


Título: Muerte de tinta (Mundo de tinta #3)

Título original: Tintentod (Tintenwelt #3)

Autora: Cornelia Funke (1958)

Año de publicación: 2007

Traducción: Rosa Pilar Blanco 

Calificación: 🌟🌟🌟🌟

Composición de la serie: 
1) Corazón de tinta
2) Sangre de tinta

Perdón por la cantidad de spoilers ocultos. No los vean si no leyeron el libro porque revelan cuestiones importantes. 

Esta reseña llega un poco tarde, quizá demasiado tarde. Porque ahora, mientras escribo, tengo que rememorar todo lo que sentí al terminar la última línea de esta historia. No es tarea difícil (el libro se esconde dentro de uno, como dice esa hermosa historieta de Liniers), pero ya no tiene la inmediatez del primer día. Muerte de tinta es el tercer y último libro de esta saga que habla tanto de lectores como de autores, de héroes y villanos, de mundos realistas y fantásticos. 

El segundo libro terminó con un hecho muy trágico y Meggie y compañía quieren revertirlo. Las alianzas, las consecuencias de las mismas y el crecimiento del enemigo (cada vez se vuelve más cruel, más dañino y más controlador) no se hacen esperar. 

Como todo final de una saga, intenta resolver lo que se empezó a desarrollar antes. También presenta elementos y pocos personajes nuevos que entran a la historia para complicarla un poco más o, simplemente, para estar por estar. Ahora Umbra está bajo el mando del cuñado de Cabeza de Víbora y las cosas no pueden ir peor, ya que su gobierno es muy sanguinario. Incluso aumenta la crueldad con los niños, a tal punto de volver la atmósfera tan oscura que me pregunté si realmente era parte de una saga infantil- juvenil. Fenoglio (a estas alturas lo menciono libremente porque si están leyendo esta reseña, imagino que conocen los libros anteriores) es un escritor que está creativamente bloqueado y a la vez es testigo de cómo su historia se ramifica y crece, ya sin su consentimiento. Porque (aclaro) hay muchos personajes que no fueron invitados al juego e igual están incidiendo en él. Quizá eso es lo que más adoré de esta trilogía: la capacidad de reflexionar sobre el propio oficio. 

Menciono los puntos negativos para poder terminar la reseña positivamente. En primer lugar, ya no pude hacer la vista gorda en cuanto a la cantidad de escenas donde los personajes caen prisioneros. Está bien remarcar el sistema represivo de las autoridades de Mundo de Tinta, pero creo que ya abusó del recurso. Por otra parte, quedé un poco decepcionada con algunas decisiones (o descuidos) argumentales. SPOILER Mo ya no usa sus habilidades como Lengua de Brujo (decide tomar la identidad de Arrendajo) y Meggie ya casi tampoco lo hace. Y si el gancho del primer libro justamente eran los poderes de estas personas, ¿por qué dejar que Orfeo sea casi el único que los usa en este? FIN DEL SPOILER También fue penoso ser testigo de cómo de repente algunos personajes pasaban a ocupar el último escalón de mi estima, como es el caso de Farid o Meggie, que durante todo el libro no fue más que una sombra. Para colmo, Farid se vuelve un tanto insufrible. SPOILER Lo cual le dio pie a la autora para introducir al tercero en discordia. La historia que Fenoglio le cuenta a Meggie sobre el destino de la pareja está metida en el libro a la fuerza. FIN DEL SPOILER Creo que puedo comprender por qué Farid quedó rezagado en la historia, pero no entiendo por qué Meggie terminó cediéndole el protagonismo a su padre. 

Y hablando de ceder protagonismo, en este libro los personajes femeninos se empoderan. Hay un momento de honestidad brutal en el cual Meggie critica a Fenoglio por no haber sido más generoso con las mujeres en su historia (no recuerdo si “generoso” era la palabra exacta y ahora no encuentro la cita). Al estar ambientada en una época medieval, las mujeres tuvieron poca participación en los libros anteriores. A veces no tienen nombre, a veces se las conoce con apodos tristes (como Violante la Fea). Sin embargo, en Muerte de tinta hay un desarrollo notable de personajes que parecían estar destinados a un papel muy pasivo. Resa, Violante y Elinor están mucho más activas, son dueñas de sus decisiones e, incluso, de sus ambiciones. Violante se lleva los aplausos y Resa le sigue los pasos porque SPOILER el embarazo no la detiene y sigue arriesgándose por las personas que ama. FIN DEL SPOILER Así que eso para mí es un punto a favor. Con respecto a otros personajes, me parece que hay un excelente manejo de lo que debe ser (e inspirar) un villano. Cabeza de Víbora no sólo es temible, sino que también provoca asco y rabia. Me encantó tener en el libro un villano completo que no puede generar lástima con sus matices, algo que últimamente sucede mucho con los antagonistas (y siempre logran que me ponga de su parte). 

La narración sigue siendo impecable pero la sentí agotada. Se repiten frases de estilo “cómo la miraba” y ciertos sentimientos y pensamientos de Meggie también aparecen varias veces. Más allá de eso, quiero dejar en claro que la trilogía no tiene nada que envidiarle en el estilo a otros libros. A pesar de estar dirigida a jóvenes, no hay ninguna intención de facilitar la lectura con términos simples o con frases y hechos muy entendibles. La complejidad de esta saga siempre será una de las razones por las cuales se convirtió en una de mis favoritas. Hay capítulos que son excelentes y no subestiman al lector, no abundan en explicaciones que le sirvan la interpretación en bandeja. El final es precipitado, pero muy emotivo. Me quedé esperando que fuera más extenso, que no terminara nunca. Al cerrar el libro me quedé con una sensación de vacío.

Muerte de tinta tendrá sus fallas, pero eso no desacredita la trilogía. Me quedaron algunas preguntas que me dan la esperanza de una posible continuación de Mundo de Tinta. Creo que ya no me importa con quiénes y con qué, pero estoy segura de que esta historia puede proliferar, así como lo hizo “Corazón de tinta” en la trilogía. Y si eso no sucede, siempre tendré la oportunidad de hacer una relectura y entrar de nuevo a estos libros.