martes, 27 de junio de 2017

"El ancho mar de los Sargazos", de Jean Rhys


Título: El ancho mar de los Sargazos

Título original: Wide Sargasso Sea

Autor: Jean Rhys (1890- 1979)

Año de publicación: 1966

Traducción: Catalina Martínez Muñoz

Calificación: 🌟🌟🌟


Conocí ese momento del día en que el cielo puede parecer muy negro, aunque esté azul y haga calor. 


He comprobado que las relecturas sanan. Me refiero al efecto que tienen en la relación lector- libro. La primera vez que leí esta novela (la abreviaré WSS, con las iniciales del nombre original) no me provocó asombro. A pesar de que hice un trabajo con ella, no me sentí comprometida con la obra y fue frustrante. Se mete con algunas cuestiones que para mí son intocables del libro al cual hace referencia. Yo me acerqué más, encontré qué era lo que no me había convencido y, a la vez, consolidé las preferencias. Sigo opinando lo mismo y no cambiaré la calificación: es una buena novela que se puede considerar innecesaria o independiente, pero peca de excesiva. Antes que nada, pido disculpas por la chatura de mi reseña. Como estuve explorando y marcando demasiado este libro, no quiero volcar todo acá. Sería aburrido. 

Antoinette Cosway es una niña que vive en Jamaica, más precisamente en un lugar llamado Coulibri, con su madre y los criados. Criolla y descendiente de una familia de esclavistas, Antoinette sufre las consecuencias, que consisten básicamente en recibir el odio de los negros y de los ingleses. Sin embargo, el odio al que Antoinette le teme es al de su madre, Annette, que la rechaza. La niña crecerá, se casará con un inglés que llega a la isla y ahí se pondrán en evidencia las diferencias entre ambos. 

Admito que la sinopsis es muy vaga (me gusta más la de la edición), pero culpo a la cantidad de sucesos que le ocurren a la protagonista en la primera parte, que consta de unas pocas páginas. Todos son muy violentos y desgraciados: le queman la casa, la madre contrae matrimonio y se vuelve loca, el hermano tiene un retraso madurativo. No niego que a una persona le puedan ocurrir tantas cosas en tan poco tiempo, sólo me refiero a que esto es ficticio y que se podría haber hecho una selección más acotada de vivencias porque, a fin de cuentas, Rhys trata de justificar el comportamiento futuro de Antoinette. Si hubiera experimentado menos tragedias, igual la justificaría y apelaría a la lástima del lector. No me puedo quitar la sensación de que hay algo que sobra y la novela no es tan extensa como para desarrollar mil temas. En algunas cuestiones, no va al hueso y se podrían haber explicado, como las divergencias entre las razas (no me gusta esta palabra, la uso porque la preciso) de las Antillas. De esta manera, el encono entre los Cosway y los demás habitantes no hubiera parecido tan superficial cuando, en realidad, era relevante para comprender la totalidad. Lo señalo porque obliga a buscar información (si lo ignora) y deja “colgado” al lector en la misma novela. Me sucedió la primera vez que la leí. 

La narración de WSS está compuesta de varias voces que no puedo indicar con lujo de detalles. Hay muchas perspectivas e intenta que no nos quedemos oyendo una sola campana, ya que los secretos que se ocultan y se revelan son determinantes. Antoinette no es la única persona miserable en la novela, pero sí es la que parece recibir, casi por decantación, los golpes de los que también sufren. Antoinette, a pesar de que se vuelve adulta, suena infantil, llena de nostalgia y se muestra insegura de sí misma. Lo mismo sucede con la voz de la segunda parte, que es masculina y más agresiva. En un momento se interponen y, aunque se utiliza en un momento clave, el recurso me disgustó. Es confuso y produce un efecto de desborde insoportable. En otros textos me fascina, pero aquí parece un despropósito. Es como agregarle más agua a un vaso que ya estaba rebalsando.  

En cuanto a los personajes, son odiosos. Sin excepción. Antoinette, la madre, sus respectivos maridos, Christophine (la niñera negra de Antoinette que practica magia), los criados… Juntos conforman una lista de gente destinada a hacer daño al prójimo porque primero se lo hicieron a ellos (una parte de la justificación del accionar de la protagonista) y, por supuesto, todos parecen estar de acuerdo en destrozar a la chica. SPOILER El marido en particular, <i> ese que conocemos</i>, queda como el villano de la película y le echa tierra al que tenía previamente en la cabeza. Tuve que esforzarme para desdoblar a ese personaje y no vapulearlo en mi relectura de Ya- Saben- Qué. FIN DEL SPOILER En su defensa, no son personajes planos. El desarrollo se da de forma gradual, lógica y desemboca siempre en algo siniestro. Si tuviera que elegir, Antoinette sería mi favorita por las distintas fases que atraviesa en la novela, sin perder la mirada maravillada que dirige hacia los lugares de pertenencia. Me hizo acordar mucho a Merricat, la protagonista de Siempre hemos vivido en el castillo, de Shirley Jackson. Las similitudes (Siempre…  es anterior a este libro, ¿Rhys lo había leído?) me obsesionaron. 

Ojalá me hubiera encantado más, pero hay cuestiones que no las puedo salvar ni dejando a un lado el fanatismo. Las cosas que me gustaron de la novela las cuento con los dedos: la conformación de Antoinette (que ya mencioné), la influencia del hábitat en los personajes, la locación “exótica”, los hechos que disparan reflexiones acerca de los orígenes y el género femenino. Hay algo que no mencioné y que funciona como hilo conductor de la novela: la herencia de la locura. Los Cosway parecen compartir esa “maldición” que aumenta la desconfianza de los vecinos y hasta la de los propios criados. Si bien el padre de Antoinette no goza de buena fama, es interesante rastrear cómo afecta la supuesta esquizofrenia a Antoinette y a su madre. 

Destaco la inteligencia de la autora para mantener ocultos (hasta donde pudo) los nombres de los personajes. Comprometerse a escribir esta clase de libros siempre generan un riesgo, mucho más sabiendo que  el otro SPOILER (dato inútil, pero curioso: las fechas de los acontecimientos de WSS no coinciden con las de Jane Eyre y no sé si Rhys lo hizo por descuido o para despistar al lector)  FIN DEL SPOILER tiene una buena cantidad de lectores a cuestas que resisten ese entrecruce, como yo. WSS ya se ha hecho un nombre propio en la historia de la literatura del siglo XX y hay que aprender a vivir con eso. Al menos ahora ya no estoy enemistada con ella.